01.06.2024 13:00 h

Gremio e Inter, obligados a la itinerancia

Las imágenes de los estadios cubiertos de agua y lodo dieron la vuelta al mundo. Sin lugares para entrenar o jugar, tras las inundaciones que devastaron el sur de Brasil, al Gremio y al Internacional les restó apenas una opción para cumplirle al fútbol: convertirse en equipos itinerantes.

Cargando el dolor de abandonar a familiares y amigos en momentos difíciles, los gigantes y enconados rivales de Porto Alegre, capital de Rio Grande do Sul, dejaron sus casas para responder a los compromisos nacionales e internacionales de la pelota.

Lo hicieron luego de que varios de sus jugadores, como el delantero hispanobrasileño Diego Costa, del 'tricolor gaúcho', ayudaran directamente en el rescate y asistencia de las víctimas de las anegaciones, que sacaron a más de medio millón de personas de sus casas.

"Ha sido mucho tiempo de incertidumbre, de sufrir junto a nuestro pueblo gaúcho", dijo el capitán colorado, el armador Alan Patrick.

Tras un mes de parón, en el que se prepararon en Sao Paulo e Itu, a más de 1.100 km de distancia de Porto Alegre, regresaron esta semana a las canchas, donde rindieron diversos homenajes a los damnificados de la peor tragedia en la historia de Rio Grande do Sul.

Inter perdió 2-1 el martes ante el argentino Belgrano en Barueri, cerca de la capital paulista, por la Copa Sudamericana, y Gremio goleó 4-0 al boliviano The Strongest el miércoles en Curitiba, a 740 km de distancia de Porto Alegre, por la Libertadores.

"No es mucho (lo que podemos aportar), pero vamos a intentar minimizar el sufrimiento de nuestro pueblo", dijo Renato Portaluppi, DT gremista, tras el triunfo.

Protagonistas de la que es considerada la mayor rivalidad futbolística de Brasil, ambos clubes hacen maromas para organizar su logística en un país de tamaño continental, hasta que puedan retornar a su ciudad en una fecha aún por establecer.

Inter calcula que recorrerá más de 15.000 kilómetros en 20 días para disputar seis juegos, dos de ellos claves para definir su grupo en la Sudamericana. En ese lapso, oficia de local en Barueri, Caxias do Sul y Criciúma.

Gremio jugará seis partidos en 19 días. Será de dueño de casa en Curitiba y Caxias, y viajará a Chile para ponerse al día con el calendario de la Libertadores.

"Lo más difícil es la situación de la gente que lo perdió todo. Hablamos de fútbol, de lo que tenemos que hacer, pero no somos ajenos a las dificultades de las personas", dijo el argentino Eduardo Coudet, entrenador colorado, tras la caída ante Belgrano.

Desde el seno de los elencos, que a pesar del antagonismo lanzaron una campaña conjunta para reconstruir el estado, se advierten dificultades psicológicas de los jugadores, además del impacto físico, económico y deportivo por el parón y por jugar fuera de Porto Alegre.

La catástrofe ambiental obligó a que la liga brasileña se paralizara durante dos fines de semana. Se reanudará este sábado, pero la magnitud de los daños no dio tiempo para que las instalaciones de Gremio e Inter estén utilizables.

Las gramas y parte de las tribunas de sus modernos estadios, la Arena do Gremio y el Beira-Rio, que albergó partidos del Mundial de 2014, llegaron a estar cubiertas por agua marrón.

Se calcula que los recintos deportivos estarán habilitados para jugar como mínimo desde agosto.

En el peor momento del desastre, el único modo de ingresar al centro de entrenamiento del Gremio, a 20 km del estadio, era en bote.

Aunque amarillentas y estropeadas, sobre sus canchas ya se puede caminar. La sede resultó menos damnificada que la de su archirrival, pero no está claro cuándo podrá regresar el plantel.

En el centro de entrenamiento colorado, ubicado en las márgenes del río Guaíba, cuyo cauce causó los estragos, tocar suelo era una utopía el miércoles: apenas las porterías blancas se resistían a ser cubiertas por el agua.

Las labores de limpieza del lugar, aledaño al Beira-Rio, empezaron el jueves y deben terminar en 120 días.

"Es muy difícil no emocionarse e imaginar lo que necesitamos. Debemos juntar fuerzas", dijo vencido por las lágrimas el presidente del Inter, Alessandro Barcellos, al canal RBS.

De momento los elencos desconocen el impacto económico.

Los colorados estiman que necesitarán unos 7 millones de dólares para recuperar su arena y sede de prácticas, un monto similar a lo que pagaron por su gran fichaje de 2024, el delantero colombiano Rafael Borré.

Las afectaciones trascienden el balompié.

En días de partido, a las afueras de los estadios hay una agitada actividad comercial. Sin cotejos y todavía con encharcamientos, el comercio está reducido al mínimo.

"Dependemos del fútbol, tras las inundaciones hemos sido olvidados", dijo Orioplina Bechiln, de 46 años, vendedora ambulante de asados durante los juegos del Gremio.

afp/livefutbol